Diversidad de gènero en los procesos de selección de personal y promoción laboral


Joseph Conrad (1857-1924) escribió: “No me gusta el trabajo, a nadie le gusta. Pero me gusta, que en el trabajo, tenga la ocasión de descubrirme a mí mismo”. En el contexto laboral han existido aspectos y temas poco abordados que han originado la exclusión de ciertos grupos o individuos, como los relacionados con la homosexualidad y bisexualidad considerados un tabú, sujeto a cuestionamientos por algunos seres humanos que no aprueban las expresiones de la sexualidad que “vulneran la concepción tradicional” del modelo heterosexual. En este campo es que cobra revelación el pensamiento de Conrad, pues gays, lesbianas y bisexuales buscan el reconocimiento dentro de las organizaciones para así autoreconocerse como seres incluidos dentro del mercado laboral.

En este sentido, lo que antes era invisibilizado hoy en día requiere especial atención e integración por la progresiva demanda de homosexuales y bisexuales de ser aceptados y tomados en cuenta para obtener un empleo digno que fomente el trabajo decente y favorezca su desarrollo profesional. Especialmente porque en algunos casos son desplazados de los procesos de selección de personal que constituye un paso importante para el ingreso a una organización; en los casos donde consiguen integrarse se ven expuestos a dificultades laborales que frenan su ascenso/promoción laboral, producto de los prejuicios que cobra mayor fuerza que las capacidades y habilidades de estos trabajadores.

¿Por qué diversidad de género y no sexual?

Tradicionalmente las personas gays, lesbianas y bisexuales han sido agrupadas con el término diversidad sexual por lo cual al ser abordada como diversidad de género puede causar confusión para quienes no poseen el conocimiento suficiente sobre las particularidades de quienes encajan en lo diverso, es por ello que daré una explicación para comprender de forma general la información.

El término diversidad sexual se ha utilizado para hacer referencia a los individuos que eligen una orientación sexual diferente (homosexualidad y bisexualidad) a la heterosexualidad, pero esta visión es desde una perspectiva biológica. Por lo cual en épocas modernas esta expresión es considerada obsoleta por los teóricos queer, introduciendo el concepto diversidad de género como una crítica a los estudios feministas y de género que desarrollaban una división binaria del género (Hombre-Mujer). Desde esta perspectiva, deja de ser visto como “…una construcción semiótica, una representación o, mejor dicho un efecto compuesto de representaciones discursivas y visuales…”1, para ser entendido como una representación individualista del ser humano expuesta a modificaciones e interpretaciones subjetivas.
  
Por esta razón, se plantea que el género no está determinado por el nacimiento ni ninguna condición biológica, sino que es producto de un proceso de socialización originado por una construcción social legitimada por el ser humano. En efecto, la idea central de la expresión diversidad de género es de-construir la naturaleza binaria del mismo, para concebirlo como fruto de una transformación social que redimensiona las practicas, discursos e identidades del género por lo cual amerita una re-construcción (Hombre, Mujer, Gay, Lesbiana, Bisexual y Transgénero).

Selección de personal: la esperanza de ser escogido

La selección de personal constituye un proceso arduo debido a las diversas etapas que lo integran, diseñadas principalmente para obtener al mejor candidato con base en la descripción del cargo. Al no establecer más limitaciones que las inherentes a los funciones de un puesto, en este proceso se pueden presentar una diversidad de personas, características y perspectivas que se hace necesario tener en consideración.

Para ello se requiere que la selección de personal deje de funcionar bajo los métodos tradicionales que buscan homogeneidad en la plantilla y sean diversificados, dado que constituye “…el elemento más claro para visualizar el compromiso de la empresa en la aplicación de no discriminación e igualdad de trato”2. En este sentido, una selección de personal diversificada reduce la discriminación y genera un efecto positivo en la imagen de la organización con respecto a los Stakeholders.

Sin embargo, existen casos donde el mismo proceso de selección “…se convierte en un elemento clave a la hora de mirar procesos de exclusión…”3, más aún cuando se encuentran particularidades de la diversidad de género. Debido a que quienes realizan el proceso de selección, son personas heterosexuales que no aprueban las expresiones de las sexualidades distintas a las heteronormativa, por lo tanto se hace innegable que el proceso sea influenciado por factores subjetivos.

Aunque durante este proceso existen pocas probabilidades de que la orientación sexual sea notoria, a medida que avanza el proceso o la relación laboral estas posibilidades aumentan. En especial durante los periodos de prueba que sirven como un filtro que busca excluir a gays, lesbianas y bisexuales para permitir la integración únicamente de personas heterosexuales.
  
Cabe destacar, que “…en ocasiones el personal de Recursos Humanos realiza un filtro inicial [durante el proceso de selección] basado en atestados y pruebas psicométricas….En este caso, depende del criterio subjetivo… y no necesariamente se apega a las competencias acreditadas…”4; generando que la diversidad de género sea discriminada y no tomada en cuenta para cumplir funciones dentro de las empresa, pues la subjetividad llega a ser tan grande que aun cuando el candidato LGB cumple y sobrepase los requisitos para el puesto, el pensamiento heteronormativo anula dichas capacidades, habilidades y potencialidades que constituirían un activo valioso para la organización.

En consecuencia, el proceso de selección de personal al abordar la homosexualidad y bisexualidad es completamente influenciado por quienes lo realizan. Por ende, existe un rechazo y un conjunto de barreras que dificultan la inserción al mercado laboral de lesbianas, gays y bisexuales forzándoles a elegir trabajos de peluquería, maquillaje y otros en espacios no convencionales que ponen en riesgo su vida.

Promoción laboral: el techo de cristal para la diversidad de género

El techo de cristal es un término que tradicionalmente está orientado hacia los estudios feministas, refiriéndose a las limitaciones que tienen las mujeres dentro de las organizaciones para ascender en la pirámide jerárquica hacia los puestos directivos. En este sentido, se denomina techo de cristal a “…una superficie superior invisible en la carrera laboral de las mujeres, difícil de traspasar, que les impide seguir avanzando…”5, se considera invisible porque no existen pautas o leyes que privilegien los puestos directivos para los hombres, pero la inexistencia de mujeres en estos cargos demuestran su existencia.

La presencia de esta barrera en el desarrollo profesional de las mujeres muy pocas veces es tomando en consideración o presenciado por ellas mismas, llega a ser “…una barrera tan sutil que se torna transparente, pero que resulta un fuerte impedimentos para que las mujeres puedan moverse dentro de las jerarquías corporativas…”6. También, suele conocerse como “suelo pegajoso” agrupando a las fuerzas que mantienen fijadas a las mujeres en la base de la pirámide jerárquica apareciendo cuando se encuentran cerca de los puestos directivos y distintos factores le imposibilitan poder avanzar.

Debido a que existen pocos espacios donde lesbianas, gays y bisexuales se encuentran en puesto directivos y su desarrollo profesional se ve frenado por factores que les impiden avanzar, se podría hablar de un techo de cristal para esta población. Estas limitaciones que les fijan a la base de la pirámide “…socava las oportunidades de desarrollo laboral. [Pues] las posibilidades de ascenso son muy remotas, y en ocasiones se termina por naturalizar y asumir que no es una aspiración realista…”4. En consecuencia, la diversidad de género es alejada de los altos cargos, aun cuando sus conocimientos, habilidades y capacidades sean motivo de ascenso; viéndose obligadas a adaptarse a puestos de menor envergadura.

Esta dificultad para ser objetos de promoción laboral resulta ser una discriminación sutil que en la mayoría de los casos es apoyada por los puestos directivos, lo cual implica que “…las personas sexo/género diversas, a pesar de su experiencia y buen desempeño, les sea negada la posibilidad de ascender a ciertos cargos o roles, puesto que los empresarios o jefes consideran que estos deben ser asumidos por personas heterosexuales…”3, estos se basa principalmente en los roles sociales estereotipados que generan una percepción extraña para la diversidad de género. Por ende, se considera que la ocupación de cargos directivos por lesbianas, gays y bisexuales afecta la imagen de la empresa; mientras que al ser ocupados por heterosexuales genera reconocimiento y aceptación en la sociedad.
  
En resumen, en la promoción o ascenso profesional la heterosexualidad institucionalizada cobra mayor valor que el talento humano, lo que evidencia que en el ámbito laboral “…el mantener una imagen que no corresponde con la realidad de la persona, les lleva a… tener menos expectativas de promoción laboral…”7; así aquellos que poseen una orientación sexual o identidad de género que difiere de la heterosexual o simplemente no comparte esa visión, quedan al margen en los procesos de ascenso o promoción profesional.

 Referencias bibliográficas

1 Lauretis, T. (2015). Género y teoría queer. Dossier. 21. 107-118. Recuperado de: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1853-001X2015000200004


3 Pérez, A., Correa, G. y Castañeda, W. (2013). Raros y oficios: diversidad sexual y mundo laboral: discriminación y exclusión. Recuperado de: Recuperado de: http://biblioteca.clacso.edu.ar/Colombia/ens/20140506064520/Raros_y_oficios.pdf

4 Organización Internacional del Trabajo (2016). Orgullo (PRIDE) en el trabajo: un estudio sobre la discriminación en el trabajo por motivos de orientación sexual e identidad de género en Costa Rica (Nº 1). Recuperado de: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/---sro-san_jose/documents/publication/wcms_495184.pdf

5 Salmerón, D. (2014). El techo de cristal (tesis de pregrado). Universidad Almeriensis. Recuperado de: http://repositorio.ual.es/bitstream/handle/10835/3696/2487_EL%20TECHO%20DE%20CRISTAL.pdf?sequence=1&isAllowed=y

6 González, A. (2015). El techo de cristal (Tesis de maestría). Universidad de Oviedo, España. Recuperado de: http://digibuo.uniovi.es/dspace/bitstream/10651/33742/3/TFM_GonzalezMartinez%2C%20Ana.pdf

7 Samayoa, N. (2013). Percepción hacia las personas de la diversidad sexual en el ámbito laboral, por parte de un grupo de colaboradores pertenecientes a una entidad del Estado de Guatemala (tesis de pregrado). Universidad Rafael Landívar, Guatemala de la Asunción. Recuperado de: http://repositorio.ulvr.edu.ec/bitsream/44000/1660/1/T-ULVR-0685.pdf

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